Sala 2

Retrospectiva Marco Berger

Sobre el ciclo

Presentamos la primera retrospectiva en Argentina del director de cine Marco Berger, luego de la primera realizada a nivel mundial en Madrid en 2019. Su prestigio a nivel nacional como internacional se refleja en el gran interés que su cine despierta en los públicos, como en la crítica y en la variedad de certámenes de cine que programaron sus películas. Con sus cortometrajes compitió en los festivales de cine como Cannes y Sundance y destacan los premios obtenidos con sus largomentrajes como el Teddy Award en el Festival Internacional de Cine de Berlín en 2011 y el Premio Sebastiane Latino en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2015, entre otros premios y nominaciones. Berger, es uno de los directores más prolíficos de su generación y un exponente sobresaliente del cine queer, valorado como una de las filmografías que mejor expresan la diversidad sexual y de género en el mundo. Exhibimos de forma gratuita su obra completa: los cortometrajes Una última voluntad (2007), El reloj (2008), Platero (2010); los largometrajes Plan B (2009); Ausente (2011), Hawaii (2013), Mariposa (2015), Taekwondo (2016) y Un rubio (2019). Su séptimo y último film, El cazador (2020), fue recientemente estrenado y puede verse en la plataforma Cine.ar. En ocasión de la retrospectiva realizada en España, la Revista Fotogramas publicó un valioso texto que elegimos reproducir a continuación como una forma de abordar su obra.


MARCO BERGER, EL CHEJOV CINÉFILO DEL SILENCIO

Por Carlos Loureda para Revista Fotogramas

Donde la mayoría de los cineastas emplean ríos de tinta, frecuentemente añadiendo cacofonía a lo que ya explican sus planos o la interpretación de sus actores, el sabio Marco Berger sabe que, en muchas ocasiones, la mejor escritura es la del silencio. El cineasta argentino es uno de los realizadores, guionistas y montadores que mejor utiliza su pluma. Como si fuese la viva encarnación de un Chejov reconvertido al séptimo arte (dramaturgo con su particular método de hablar de todo para no abordar lo que el público espera, pero que da sentido a cada una de sus obras de teatro), Marco Berger sabe prolongar cada uno de sus silencios con la perfección de un concienzudo maestro relojero suizo, al segundo preciso y exacto, en la que la palabra tiene que volver a aparecer en palabra.

Argentino nacido en Buenos Aires en 1977, ya con sus primeros cortos ‘Una última voluntad’ de 2007 y ‘El reloj’ de 2008 compitió en los festivales de Cannes y Sundance. Merecidísima retrospectiva a las seis maravillosas películas que siguieron a sus cortos, en las que Marco Berger aborda la violencia, el rechazo del ‘qué dirán’, la soledad, el exceso, el miedo, la culpabilidad, la duda, el despertar sexual y la afirmación de identidad y expresión de género.

Entre su apasionante filmografía podría establecerse un nuevo parámetro, el test de Berger de la diversidad, por el que cada persona se sitúa, en cada momento de su existencia, en una sexualidad concreta. Sería fantástico poder decir, hoy me siento 7,2 en la escala de Berger, así desaparecerían miles de insultos degradantes para millones de personas.

Escala de Berger: eligiendo entre 1 y 10 (Plan B).

Ópera prima en largo de 2009, el cineasta le da la vuelta a la típica historia de chico quiere conservar su antigua chica que se ha ido con otro. Inteligente, sorprendente e imaginativa, Marco Berger retoma a los protagonistas de su cortometraje ‘Una última voluntad’, en la que el famoso plan alternativo, que da título al film, abre unas puertas inesperadas a este peculiar triángulo amoroso.

Escala de Berger: de 10 al 1 (Ausente).

Tras cineastas como Pedro Almodóvar, Todd Haynes, John Cameron Mitchell o François Ozonen ediciones anteriores, Marco Bergercon su segunda película, Ausente, consiguió en la Berlinale 2011 unir su nombre al extraordinario círculo de directores que ya han obtenido el Teddy Award.

(Pequeño inciso para situar el nivel que el cine latino de la diversidad ha logrado en los últimos 20 años. Sólo en los Teddy desde el 2000: 3 largometrajes argentinos, 2 brasileños, 2 mexicanos y 2 chilenos han logrado el codiciado galardón. 9 de 20 películas recompensadas han sido latinas).

‘Ausente’ es una elaborada sucesión de planos fijos iniciales, más cámara al hombre que al hombro, en una historia que no dejará indiferente a nadie. Un curso de natación de adolescentes, aproximadamente entre 15 y 17 años, mitad niños mitad hombres, en un colegio argentino. Un alumno siente una pequeña molestia en el ojo y su profesor le lleva al hospital. Nada grave, una irritación pasajera o un exceso de cloro. Sin embargo, es preferible llevarle a su casa y, dado que no queda lejos, el maestro se presta a acompañarle.

Mala suerte, su abuela no está en casa y sus padres tampoco están en la ciudad. ¿Qué hacer con este adolescente? El profesor le propone que duerma en su casa. Situación delicada. A partir de ese momento nada ocurrirá como estaba previsto. Un suspense sostenido y dominado por una mano de hierro y una tensión que se palpa hasta en las butacas de patio.

Marco Berger vuelve a rodearse de un excelente trío protagonista elegido entre lo mejor del cine argentino actual. Carlos Echevarría, entre perturbado y perturbador, Javier de Pietro, formidable e inquietante en su rol, y Antonella Costa, magnífica actriz que se supera en cada uno de sus papeles, borda cada interpretación y posee una presencia en pantalla que deja al espectador sin aliento.

Este director tiene la capacidad de plantear una situación llena de matices contradictorios, la habilidad de filmar el cuerpo como pocos lo habían hecho hasta ahora y encadenar sensaciones que generan sentimientos. Desde el cuestionamiento del deseo hasta el dolor de la ausencia o, de una duda inesperada hasta la absoluta certeza de que la pasividad puede ser tan culpable como la actividad. La verdadera cuestión radica en conocer con exactitud de qué somos culpables cada uno. Lujo de película.

Escala de Berger: alrededor del 5, según el día (Taekwondo y Mariposa).

Otra joya más del siempre sorprendente, Marco Berger, en esta ocasión acompañado de Martín Farina, con ‘Taekwondo’. Unas vacaciones de verano en un chalé argentino de unos amigos, todos supuestamente heterosexuales excepto uno, le sirve de perfecta excusa para rodar el mejor film sobre el cuerpo masculino del año. Juegos de miradas, diálogos con doble y triple sentido y su famoso plano a cierta altura del cuerpo han hecho que cualquier film del cineasta se reconozca por su personal e inimitable estilo.

En 2015, ‘Mariposa’ se ampara de la teoría del caos para establecer dos realidades paralelas, o alternativas, de una misma mujer, Romina. Con su hermano o con su amigo, dependiendo de la historia, el cineasta se sumerge en el universo de las tentaciones, del deseo y del erotismo del cuerpo que, en la mayoría de las veces, no está expuesto sino sugerido. Premio Sebastiane Latino que, desde hace 7 años defiende con este galardón la evidente calidad de este cine.

Escala de Berger: de 1 al 10 (Hawaii y Un rubio).

En su tercera película, ‘Hawaii’ (2013), Marco Berger se lanza a un ‘huit clos’. Dos jóvenes que pasaron su infancia juntos, eran vecinos en el mismo pueblo, se vuelven a encontrar años después. Una obra a puerta cerrada, con piscina, paseos, recuerdos y un pasado, no finalizado (una variación el tiempo, como en ‘Mariposa’) que vuelve atrapar a sus protagonistas.

Y en su última obra, ‘Un rubio’, elegante, refinada y vibrante, un joven viudo, con una hija que vive con su abuela, acepta la propuesta de alquilar una habitación en la casa de un compañero de trabajo. Si en el universo heterosexual el ‘no es no’ abarca todos los terrenos (por mucho que le pese a políticos de mentalidad paleolítica), en el campo de la diversidad sexual, el ‘no es no’ tiene dos variantes, la privada, y la pública, en la que ese ‘no’, sometido a la presión social, es en realidad un ‘sí’. Como impecablemente expresa uno de los protagonistas del film cuando afirma, en un momento sublime, su amor y su deseo. Pero, a nivel social, la situación es bien distinta. También quiere ser padre y, sobre todo, que cuando vaya al gimnasio sus compañeros no piensen en las duchas que les está mirando más abajo del cuello.

La solidez de la arquitectura urbana y rural, en meditados planos, que sirven de transición para enfrentarse a la inestabilidad de las relaciones humanas y de la fluidez del deseo; altura de la cámara concreta, juguetona y nada caprichosa; alguna que otra historia de gatitos (que al final, casi siempre aparecen de un modo u otro, en sus películas) al igual que las fotografías; unos morbosos guiones que ya le hubiese gustado rodar a Alfred Hitchcock… Quizás, la mejor manera de definir la tan complicada definición de cine de autor sea realizarlo de una manera indirecta. Cuando ves una película de este talentoso argentino sabes, sin lugar a dudas, que es el film es de Marco Berger. Eso es ser un autor en el cine actual. Un cine de autor sobresaliente.