Narcisa Hirsch elaboró una obra en Argentina que, desde fines de los sesenta, tiene una amplitud estética, conceptual y cinemática que pocos realizadores experimentales pudieron lograr. A veces tensando la relación entre lo visual y lo verbal, otras como una paisajista alucinada de pura iconicidad, y otras veces desde una concepción musical de la imagen, en la que el ojo sin límite de Hirsch busca ese aleph borgeano que una de sus últimas obras evoca desde el título, ese punto de “intolerable fulgor” donde confluyen el universo real y el imaginado, es decir, la vigilia y el sueño.
Dirección: Daniela Muttis
Guión y Montaje: Daniela Muttis
Fotografía: Daniela Muttis, Rubén Guzmán S.
Música: Nicolás Diab